Está usted en: Inicio > Sonia Castañeda: "Recuperar el urogallo cantábrico es una carrera de fondo"
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Fuente: 20minutos CÉSAR DEZFULI. 27.05.2015
El urogallo cantábrico es una subespecie endémica de la Península Ibérica que se distribuye actualmente en un área inferior a 2.000 kilómetros cuadrados en la cordillera Cantábrica.
Su población ha registrado un continuo declive en las últimas décadas y se estima que en los últimos 15 años el número de machos en los cantaderos ha disminuido entre el 25% y el 50%.
Los últimos datos indican una población adulta de unos 500 individuos.
Desde el año 2004, con la aprobación de la Estrategia de Conservación del Urogallo Cantábrico, se vienen desarrollando planes nacionales que promueven la recuperación de la especie. Esta estrategia se vio reforzada en el año 2010 con la creación por parte de la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, del proyecto LIFE+ Urogallo Cantábrico, uno de los proyectos LIFE+ Naturaleza y Biodiversidad cuyos objetivos se han centrado en la restauración y mejora del hábitat de este animal. Sonia Castañeda, licenciada en Derecho y Máster en Organización Jurídica, Económica y Social del Medio Ambiente, es desde 2012 directora de la Fundación Biodiversidad, de la que ha formado parte desde 2004.
El urogallo cantábrico ha desaparecido en un 60% de los lugares que habitaba hace 30 años El urogallo cantábrico forma parte de la lista de animales en peligro de extinción de nuestro país. ¿Qué ha ocasionado el declive de esta especie? Son varios los motivos que han provocado que el urogallo ya no viva en Galicia ni Palencia y que haya desaparecido en un 60% de los lugares que habitaba hace 30 años. Por un lado está el fraccionamiento del hábitat, que provoca a su vez un fraccionamiento de las propias poblaciones y hace que existan incluso grupos aislados en algunos bosques. La existencia de depredadores y la competencia con otros herbívoros son sus principales amenazas. Y a ello se suman los problemas ocasionados por la interacción con actividades humanas, como puedan ser vallados ganaderos peligrosos o líneas eléctricas.
El proyecto Life+ Urogallo Cantábrico se inicia en el año 2010. Después de 5 años de trabajo, ¿Cuál ha sido la labor y qué resultados se han visto? Hay mucha actividad enfocada a mejorar el hábitat, como la reconstrucción de las masas forestales, la reforestación de corredores de comunicación para asegurar la conectividad entre núcleos de población o el desbroce para que prolifere el arándano y que así el urogallo tenga más acceso al alimento.
El objetivo es que el entorno donde vive el urogallo le provea de alimento y le dé un cobijo real para que encuentre un hábitat. De hecho, el proyecto se desarrolla también en zonas donde ya no quedan ejemplares pero hay hábitat de especie, con la idea de que en un futuro, si la población mejora, se puedan colonizar esas zonas. Se ha logrado criar 16 pollos en cautividad, 6 de ellos en 2014 En 2007 se construyó el primer Centro de Cría y Reserva Genética del Urogallo Cantábrico, en Sobrescobio, Asturias. ¿Cuál es la función de este espacio? El centro de cría de Sobrescobio es una de las acciones que lleva el Principado de Asturias, y el proyecto LIFE+ lo que ha permitido es dar continuidad a este centro de cría y a esta reserva genética, que es uno de los pasos complementarios para lograr la supervivencia de la especie.
En ese marco está la cría en cautividad, que ha logrado criar 16 pollos, 6 de ellos en 2014, y desde allí se ha llevado la primera experiencia de reintroducir al medio natural 3 ejemplares el año pasado. ¿Tuvo éxito esa reintroducción? Funcionó en el sentido de que nos ha dado una información valiosísima. Pero los 3 ejemplares fallecieron, no lograron sobrevivir más de 120 días por diferentes causas, como los efectos de depredadores y el temporal. Durante todo ese tiempo viviendo en su hábitat estaban marcados con emisores, por lo que nos han dado mucha información sobre sus movimientos y sobre cómo han estado desenvolviéndose en el medio. Es la primera experiencia de reintroducción, y estamos trabajando en un terreno como es la ciencia, que consiste en probar y probar.
Existen 16 subespecies de urogallos, todas ellas en un declive progresivo.
En regiones de Polonia y Escocia han tenido grandes proyectos de conservación entre 2002 y 2008, cofinanciados por Europa, que sentaron las bases para la conservación de la especie y que todavía hoy están recogiendo los resultados. Con esos resultados vemos que la especie sigue en declive, pero que progresivamente se está notando que hay mejoría y que se está recuperando en determinadas zonas. Son proyectos muy similares a los nuestros y por eso su experiencia de ensayo y error la tenemos muy presente.
Existen 16 subespecies de urogallos, todas ellas en un declive progresivo. En la península existe otra subespecie amenazada, el urogallo pirenaico, ¿por qué no se engloba también en este proyecto? Por su gran amenaza, decidimos integrar en 2010 el proyecto de protección del urogallo cantábrico. No obstante, el ministerio cuenta desde 2004 con una Estrategia para la Conservación del Urogallo Pirenaico y existe una asociación, GalliPyr, que ha desarrollado también un plan de conservación de esta subespecie.
¿Qué papel ocupan las comunidades autónomas en las que está presente el animal: Galicia, Castilla y León, Asturias y Cantabria? Su papel es adoptar las medidas que le marca la estrategia nacional, y seguir con lo que viene marcado, que es incidir sobre hábitat, la gestión de depredadores y de otras especies competidoras, y evitar e incidir sobre infraestructuras humanas que puedan afectar el hábitat de la especie.
¿Cuáles son los principales depredadores del urogallo? ¿Cómo se gestiona su convivencia? Si bien es cierto que la depredación es un fenómeno natural, el cambio de usos del territorio ha provocado cambios en la estructura de las masas forestales que han favorecido el desarrollo de predadores generalistas como el zorro, la marta o el jabalí. En el transcurso del proyecto, se ha llevado a cabo un seguimiento de la población de depredadores. La Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM) ha iniciado la elaboración de un informe técnico acerca de los trabajos desarrollados en el ámbito del control de la depredación y elaborarán una propuesta de actuación futura.
Todavía mucha gente del mundo rural recuerda haber visto o escuchado sus sonidos en el bosque. La divulgación de conocimientos sobre el urogallo cantábrico es uno de los pilares sobre los que se asienta este proyecto, ¿cómo se está llevando a cabo? Es una parte muy interesante del proyecto, que supone la sensibilización e implicación de las poblaciones que viven en hábitat de urogallo.
Una de las cosas que estamos descubriendo es que el urogallo es una especie querida en la zona y que todavía mucha gente del mundo rural recuerda haber visto o escuchado sus sonidos en el bosque. El hecho de haya generaciones que han podido ver el declive de la especie, sumado a la imagen amable que esta especie transmite, ha permitido que en el marco del proyecto hayamos firmado 29 acuerdos de custodia del territorio con propietarios privados, que quieren llevar a cabo actividades en su terreno para mejorar a la especie.
En el Parque Nacional de Picos de Europa se ha movilizado a 72 voluntarios para hacer actuaciones en el hábitat y se han realizado talleres donde han participado 2.000 alumnos de distintas escuelas. El objetivo es mantener viva la memoria y la imagen de esa especie que todavía está ahí y por la que todos estamos trabajando para conseguir recuperarla y conservarla. ¿Hay esperanza de que la población de urogallo pueda volver a tener un crecimiento positivo que permita la estabilidad de la especie en libertad? Lo que vemos con el proyecto es que es una carrera de fondo. Estamos sentando las bases para la conservación de la especie, seguimos trabajando y no tiramos la toalla, porque creemos que hay esperanza y que entre todos tenemos que aunar los esfuerzos que el urogallo cantábrico se merece.
Por eso hay un LIFE Urogallo Cantábrico, un
esfuerzo no sólo de las instituciones españolas que estamos implicadas, sino
también de la propia Comisión Europea para que en Europa no desaparezca el
urogallo.