Está usted en: Inicio > La Especie > Amenazas
Colabora con nosotros para poder conservar el urogallo
Si tienes alguna duda, consulta o simplemente deseas ponerte en contacto con nosotros puedes utilizar el siguiente formulario.
› Rellenar el formulario
Amenazas Globales
Cambio climático:
El nacimiento de los pollos de urogallo durante la primera quincena de Junio esta programado para coincidir con un periodo de abundancia de invertebrados y más seco y estable desde un punto de vista climatológico que el de semanas anteriores. Algunos estudios afirman que el cambio climático puede estar retrasando la llegada de este periodo más cálido y con el ,la aparición de los insectos en el estrato arbustivo del bosque, lo que podría reducir las tasas de supervivencia de los pollos durante las primeras semanas de vida.
A escala más general, el cambio climático también puede estar reduciendo el hábitat óptimo para el ave, relegando a la especie a altitudes cada vez mayores en nuestros bosques montanos.
Amenazas Generales
Fragmentación del hábitat:
El urogallo ocupa masas forestales boreales o montanas con hábitats adecuados para su supervivencia. La fragmentación y desaparición de estas masas boscosas provocan rápidos declives poblacionales del ave y favorecen la aparición de bordes forestales y pastos, ecotonos mas favorable para los predadores del urogallo y para su acción predatoria.
A este respecto las masas forestales de menor tamaño no están ocupadas por aves o las ocupan un número reducido de ellas. La fragmentación del hábitat del urogallo dificulta la consolidación de una metapoblación estable de aves e intensifica el impacto de otras amenazas sobre la especie.
Cambios de Uso:
Los cambios de uso del suelo han modificado la estructura del bosque y de su estrato arbustivo. Desconocemos en gran medida hasta que punto estas modificaciones en el uso del medio, provenientes en muchos casos del abandono de la ganadería extensiva y de los aprovechamientos tradicionales madereros, han podido influir sobre las poblaciones de urogallos.
Predación:
La predación es un mecanismo natural de la naturaleza que favorece el control de las poblaciones de herbívoros y la salud general del ecosistema. A este respecto hay que señalar que el urogallo, por escaso que sea, solo es una pieza más de la cadena alimenticia y por tanto es susceptible de ser depredado.
Sin embargo, la deforestación, los cambios de uso del suelo, la aparición de recursos alimenticios proveniente de asentamientos humanos y la disponibilidad de carroñas proveniente de las altas densidades de ungulados domésticos y salvajes en nuestros montes pueden esta favoreciendo el desarrollo de determinadas poblaciones de carnívoros.
Altas densidades de predadores oportunistas como el zorro, la marta, la garduña o diversas especies de córvidos, pueden perjudicar las posibilidades de supervivencia de huevos, pollos y adultos, constituyéndose en un factor más a tener en cuenta del declive del ave.
Competencia con herbívoros:
Los herbívoros, tanto salvajes como domésticos, son capaces en altas densidades de modificar la estructura forestal del bosque así como de dificultar la regeneración , reducir la biomasa y la producción de frutos de muchas especies arbustivas que, como el arándano o la gayuba suponen un recurso alimenticio de primer orden para la población de urogallos.
Elevadas poblaciones de ungulados en determinados sectores del Pirineo han venido acompañadas de la desaparición o deterioro del dosel de gayuba y arándano lo que a acarreado declives dramáticos de la población de urogallos como ha ocurrido en el caso de la Reserva de Caza de Baumort.
Episodios similares han acontecido en diferente sectores de la Cordillera cantábrica como los bosques de Riaño, Somiedo, Camaleño o Caso, donde las altas densidades de ciervo han dañado seriamente las acebedas y el dosel de arándano asociado a estos bosque. Existiendo una clara correlación espacial entre altas densidades de ungulados y elevados declives de la población urogallera.
Amenazas locales
Molestias:
La época de celo y la de invernada constituyen dos periodos del año en los que las molestias causadas por el hombre pueden acarrear severas consecuencias sobre la supervivencia o las posibilidades de reproducción de los individuos.
El turísmo ornitológico y el de ocio relacionado con la visita a cantaderos durante las madrugadas primaverales puede causar molestias a las aves en celo, provocando el desplazamiento de hembras y machos de sus lugares habituales de exhibición.
Igualmente la actividad cinegética y el tráfico rodado en áreas de invernada provocan esfuerzos energéticos severos a las aves durante el invierno al verse obligadas a escapar en un momento del año en el que hay una gran escasez de recursos tróficos.
Mortalidad no natural:
El choque directo sobre tendidos eléctricos, cerramientos ganaderos o remontes en las estaciones de esquí es una de las principales causas de muerte de aves adultas en nuestros bosques. En algunos lugares como Escocia, el balizamiento y señalización de cierres cinegéticos han sido capaces de detener el declive poblacional del ave en determinados sectores. Es por ello que se hace necesario eliminar en lo posible estos factores de riesgo en nuestros bosques lo que mejorará la tasa de supervivencia de adultos y por tanto el futuro de la especie.
Otra causa de mortalidad no natural especialmente lesiva en el pasado en diferentes lugares de la Cordillera cantábrica y el Pirineo ha sido la caza furtiva que en algunos casos causó la desaparición de aves en determinados cantaderos y la regresión general de la especie en muchos sectores.